Encontré una plenitud profunda al descubrir mi propósito de vida enseñando a otros el arte de vivir de manera ordenada y saludable, tal y como Dios me ha enseñado después de muchos errores que he cometido a lo largo de mi vida. Después superar la Anorexia Nerviosa, (donde mi peso llegó a apenas 39 kg con una estatura de 1,69 m), y las graves consecuencias de salud que ésta me generó en el pasado (desnutrición, epilepsia, hipotiroidismo, inicios de resistencia a la insulina y síndrome de colon irritable), así como también después de salir de vicios, excesos, alcohol, una vida desordenada y de la UCI comprendí el poder sanador que reside en la alimentación, los hábitos diarios, el ejercicio, nuestro entorno y nuestra conexión espiritual.

Cada día trabajo en mis diferentes esferas y me levanto con la firme misión de guiar a otros hacia su mejor versión, abogando por la mejora en áreas que conforman la alineación del potencial humano: el cuerpo, la mente, el entorno, las finanzas y la espiritualidad. Es en esta integración donde encuentro la verdadera esencia de la plenitud y la realización personal.